El pueblo de San Clemente ha dicho adiós a su Alcalde, Vicente García.

Pero Vicente no era sólo el Alcalde de nuestro pueblo conquense, era un vecino que se preocupaba por los problemas de la localidad y por las necesidades e inquietudes de sus habitantes, por eso llegó a estar donde estaba.

Tuve la oportunidad de conocerlo cuando su partido preparaba la candidatura de las últimas elecciones. Trabajo, trabajo y horas de trabajo para buscar soluciones y mejoras y trasladar a sus vecinos la convicción de que podía cambiar las cosas y sacar al pueblo de una difícil situación. Su entusiasmo y su vocación pública calaron hondo y consiguió ser el representante de los sanclementinos.

Trabajo que se multiplicó durante su andadura como máximo representante de la localidad, horas de despacho pero también horas en las calles de San Clemente conociendo de cerca cuáles eran las cosas que había que cambiar y mejorar.

Un ejemplo a seguir como político cercano a los ciudadanos y como cargo público que se preocupaba por los problemas y necesidades de los demás. Valores que hoy día se echan en falta en una sociedad en la que cada uno mira por sí mismo, sobre todo aquellos que más tienen y menos necesitan. Si los políticos que gobiernan nuestro país, que nos representan a nivel europeo, incluso los grandes empresarios, tomaran ejemplo de personas como Vicente otro gallo cantaría. Y es que nuestro Alcalde encarnaba perfectamente la esencia de lo que es buen político, un buen político que esconde una buena persona.

Pero estoy segura que, desde allí arriba, seguirá velando por todos nosotros. Por eso ésto no es un adiós, es un hasta siempre.